El diccionario aparece en esta obra como un hijo más de María Moliner, que entiende a las palabras como algo cercano, de orden maternal. A favor del mundo y sus significados inabordables en medio de una lucha contra la censura del franquismo y de la Real Academia Española por el mero hecho de ser mujer, Moliner traerá historias suyas, de su familia, de su época, envuelta en un vaivén temporal. De fondo, la escena completamente blanca como una mente que se va vaciando producto de su arteriosclerosis. Pero un diccionario, como los efectos de una vida, nunca se termina. Y por eso, hasta estos tiempos rebotan los ecos de una de las mujeres más apasionadas y apasionantes de la historia mundial.