Una comedia que, por momentos, nos hace poner muy serios y reflexionar sobre las actitudes del mundo adulto. La obra de Victoria Hladilo, que también dirige y en la que juega un rol fundamental, habla con maestría de los conflictos de un grupo de padres durante una reunión en la sala de un Jardín de Infantes. Pero la historia es mucho más que eso. Es una mirada profunda sobre la competencia, los miedos, las falencias, el avasallamiento de unos por otros. A lo largo de más de hora y media, adultos, convertidos en padres de niños pequeños, sobreviven a una reunión, a los grupos de whatsapp, y a los temas que un encuentro de este tipo convoca: acto escolar, uniforme, cumpleaños...

Los personajes logran crear el grado justo entre el humor y el dolor y son magníficamente interpretados por Manuel Vignan (Martín) un padre condescendiente que irá mutando su personalidad a lo largo de la obra; Victoria Hladilo (Sandra), dominante y disimulando demasiados conflictos personales; Carolina Marcovsky, (Gabriela), una madre primeriza, doula y naturista, con cualidades artesanales; Julieta Petruchi (Verónica) madre sufriente porque su nene no es aceptado por el grupo de compañeritos yAxel Joswig (Diego), esposo de Verónica, tratando de encajar en un espacio que le resulta incómodo. A ellos se suma Victoria Marroquin (María Inés) una asistente de Jardín que hace lo que puede mientras trata de mediar entre los padres y una directora ausente que nunca llega a la reunión. Con escenografía e iluminación de Magalí Acha y diseño de vestuario de Susana Berrio, la obra que fue un éxito de público y que tuvo un importante reconocimiento en el Festival de Rafaela, entretiene y deleita al público al tiempo que lo invita a recapacitar sobre las actitudes humanas a partir de un guión inteligente y bien estructurado.